Los japoneses influenciados en cierta medida por su religión sintoísta, conceden una gran importancia a la armonía entre hombre y naturaleza lo que se refleja en el cuidado riguroso de parques y jardines y edificios, que hemos podido comprobar de primera mano. Otro aspecto a destacar de los japoneses es su permanente sonrisa, en una tienda, en la calle, en su trabajo... Esta "sonrisa permanente" es un aspecto que se educa desde pequeños, en una sociedad que busca la armonía.

 

La forma de vestir de japoneses y japonesas sobre todo los jóvenes, es ya muy occidental, sin embargo todavía en ocasiones especiales las mujeres visten kimonos. Para estar por casa o en los baños públicos "onsen" utilizan el yukata similar al kimono pero más ligero, sencillo y de algodón. Seguimos en Nara, capital de Japón en la época medieval, y hoy conserva los Templos más antiguos del país. Entre los más importantes se encuentra el Templo budista Todai-ji, el más grande construido en madera y en cuyo interior se encuentra la figura gigante de Buda realizada en bronce para cuya construcción fue necesaria la aportación económica y la mano de obra de una gran parte de la población japonesa de la época, y se consumió una cantidad de bronce tal, que dejó al país sin producción y casi en la bancarrota.

Tras la comida un poco de siesta al sol... Mañana viajamos a Hiroshima, un viaje de 2h en tren rápido, con nuevas noticias desde esta ciudad tristemente conocida por la tragedia de la bomba atómica a finales de la II Guerra Mundial.

 

Besos.