ago
20121
Landmannalaugar, paisajes de otro planeta, Islandia
Recuerden este nombre difícil, Landmannalaugar, un lugar situado en el interior de la isla y muy cerca del gran glaciar de Vatnajokull, que hace sentirte como si estuvieras en otro planeta. Los caprichos de la naturaleza han hecho que las montañas aparezcan teñidas de colores intensos, ocres, verdes y rojos.
Al principio este lugar, no entraban en nuestros planes, ya que la pista para llegar a las montañas de colores, era un auténtico desierto de arena volcánica, nada recomendable para dos bicicletas cargadas de alforjas. Pero tras cruzar la F35 ( desde el norte de la isla hasta las cataratas de Gulfoss) y disponer de tiempo suficiente, no nos lo pensamos dos veces y nos embarcamos para terminar este viaje en, sin duda, el sitio más especial de Islandia.
Tras cargar bien las mochilas de comida y combustible para usar la cocina, nos adentrábamos desde el famoso “Círculo Dorado”, aunque mejor dicho, lo podríamos llamar circulo turísitico; hasta el principio del Parque Nacional de Landmannalaugar. Habíamos calculado que si todo iba bien, solamente tendríamos que empujar las bicicletas los últimos 20 kms hasta llegar a nuestro destino, la arena y nuestras ruedas de 28″ no nos dejarían dar ni un solo pedal.
La primera jornada fue bien, hasta que cometimos un error de principiantes, colocar la tienda de campaña en lo alto de un paso en medio de un desierto volcánico. El viento y la arena no nos dejaron “soñar con los angelitos” y nuestros sacos amanecieron llenos de fina y oscura arena.
A medida que nos adentrábamos en el parque, el esfuerzo se nos olvidaba con la recompensa de este mágico lugar.
En todo momento el imponente Volcán Hekla, se encontraba a nuestra derecha. De nuevo las sensaciones nos embargaban, la satisfacción de llegar a los sitios por nuestros propios medios y de seguir el camino que te dicta el corazón.
Desde junio hasta finales de septiembre, el camino se puede transitar, después permanecerá cerrado por las fuertes nevadas. Un refugio de montaña, en funcionamiento desde 1951, tiene capacidad para 78 personas y cuenta con las comodidades básicas en Landmannalaugar.
Desde aquí se pueden realizar unos de los mejores trekking del mundo por su variedad paisajística. Nosotros recorrimos los alrededores de estos valles de colores, una mezcla de aguas termales y postales naturales nunca vistas por nosotros, definitivamente terminábamos nuestro viaje por Islandia con la mejor de las sensaciones…
Ahora tocar descansar en la capital Reijkiavik, y visitar diariamente las piscinas de aguas termales para relajar músculos, dar paseos por la concurrida calle comercial de Laugavegur y tomar un café en los elegantes rincones que ofrece la ciudad.
Islandia, absolutamente, nos ha conquistado.
Desde Reijkiavik en dirección a Madrid
VIAJAMUNDEANDO
ago
20122
Un paseo por las Tierras Altas, Islandia
3 días y 2 noches hemos empleado en cruzar la pista F35, un recorrido por las tierras altas de Islandia de poco más 150 kms. El trazado de la pista de grava se convertía en un auténtico desierto de piedras, no apta para nuestros vehículos de dos ruedas sin 4X4 y que nos obligaba en numerosas ocasiones a empujarla, eso si, en medio de un paisaje que sobrecogía.
El primer día, y tras abandonar la carretera principal, el tiempo no nos acompañó por la bajada brusca de las temperaturas y la espesa niebla que hacía el camino más enigmático. Nos adentrábamos hacia el interior de Islandia, la poca visibilidad y una tierra pedregosa, nos impedía poner la tienda para descansar de la primera jornada. Tras consultar nuestro GPS y tomar algo caliente, decidimos avanzar hasta el primer refugio, ya que la luz jugaba de nuestra parte, nunca se haría de noche…
Una cortina de agua apareció en los últimos kms, calculábamos que quedaría poco para lo que creíamos que era un alojamiento de montañeros, era una sensación extraña caminar por aquella inmensidad sin ver en realidad nada. Un cartel con giro a la derecha nos indicaba que restaba 1 km para Afangi. Al llegar, cual fue nuestra sorpresa que allí dentro había todo un remanso de paz, ideal para descansar después de un largo día de pedales; un baño de agua caliente y una cama con calefacción nos hacía las personas más afortunadas del mundo…
Habíamos decidido que si el tiempo continuaba así, nos quedaríamos en el refugio, ya que cruzar la F35 y perderse las vistas de los glaciares Langjokull y Hofsjokull, no era una buena opción.
A la mañana siguiente en contra de nuestras previsiones, el sol aparecía radiante y tras asomarnos por la ventana, nos dimos prisa para preparar las bicis y emprender la segunda jornada llenos de energía.
Lo que no habíamos calculado que el camino de grava, pronto se convertiría en un “camino de cabras” y no nos quedó otra que dar un paseo por las Tierras Altas durante varios kms…
El paisaje era de altiplano y nos recordaba mucho a las tierras tibetanas, nos lo tomamos con calma ante la imposibilidad de dar un solo pedal, además llevábamos comida para unos 4 días y siempre nos podrían socorrer los vehículos 4X4 que pasaban por allí, NO PROBLEM, ALL RIGHT¡¡¡, les decíamos a algunos que pasaban.
A ambos lados de la pista, los imponentes glaciares y nosotros alternando la bici con el trekking forzoso. En uno de los trayectos subidos en la bicicleta, cuando parecía que el terreno se allanaba, por decir algo, nos dimos cuenta que el GPS había desaparecido en unos de los saltos al bajar una pequeña pendiente, en seguida retrocedimos, ahora con el viento en contra, para intentar buscarlo, no podía estar muy lejos. Unos tres jeeps se acercaban en nuestro sentido, les paramos y les preguntamos que si habían visto un pequeño aparatito en medio de un mar de piedras, ¡vaya pregunta la nuestra!, la respuesta fue obviamente no. Seguimos unos kms más allá, cada vez con menos esperanza de encontrarlo, cuando en la mitad de la nada apareció nuestro Garmin GPS, tras la primera alegría nos dimos cuenta que los 4X4 que acababan de pasar lo había aplastado con sus gigantes ruedas, ¿cómo iban a verlo si pasaron por encima?, nuestro GPS había muerto…
Nos preparábamos para lo mejor después de esta singular travesía, la llegada a la cascada de Gulfoss y la zona de los geiser. Apareció de nuevo la carretera asfaltada, nos quedaban unos 10 kms para llegar a una de las atracciones turísticas más densamente pobladas del país, el llamado Círculo Dorado que engloba los famosos geiser, la cascada de Gulfoss y Thingervill (sede original del primer parlamento de Islandia).
Y por último, la famosa cascada de Gulfoss, el sol se abrió con fuerza para que contempláramos las enormes cascadas de agua y el colorido arco iris…
Desde Gulfoss en dirección a Arnes.
VIAJAMUNDEANDO
jul
20124
Un mar de fuego, Islandia
Es curioso que esta isla rodeada completamente por los Océanos Ártico y Atlántico y cubierta de hielo y nieve en su temporada invernal, guarde bajo sus entrañas todo un mar de fuego de lava volcánica a punto de estallar…
Nos encontramos en el norte de Islandia, en la zona volcánica, un lugar donde el subsuelo se siente por la cantidad de ebulliciones en forma de vapor de agua, y sobre todo se huele, por su característico olor a ácido sulfúrico. Es como si pareciera que están cociendo en una caldera una buena cantidad de huevos podridos. El paisaje es lunar, la tierra sulfurosa color anaranjada se expande a su antojo por los valles y nosotros cruzamos tímidamente con nuestra bicicleta cada día más enamorados de esta tierra llena de vida.
El buen tiempo de los últimos días, nos ha hecho avanzar considerablemente, encontrándonos tan sólo a unos 400 kms de la capital, Reijkiavik. Tras visitar la imponente cascada de Detifoss, la que aporta mayor caudal de agua de todo el país, tomamos dirección al Lago Myvatn para admirar la zona de volcanes y pseudocráteres. Siguiendo por la carretera principal de Islandia, la famosa Ring Road y tras cruzar los primeros puertos de montaña y paisajes acantilados, nos dimos de bruces con la cascada de agua de Godafoss. Si Detifoss brilla por su espectacularidad, ésta otra, es simplemente la más majestuosa por sus elegantes rápidos de agua cristalina.
Seguimos dudando a la hora de instalar nuestra tienda, cada lugar es único para pasar la noche, aunque en los últimos días hemos descubierto que pernoctar en las granjas de las zonas rurales es otra buena opción, ya que por una pequeña cantidad de dinero, puedes tomar un baño caliente y cocinar rodeados de campos de heno y ovejas que pastan a su antojo.
Nuestros días en la ordenada Akureyri, la segunda ciudad más grande del país, han sido relajantes. Nuestros músculos han podido descansar tras la visita a las piscinas de agua caliente situadas al aire libre, todo un baño termal poniendo el cuerpo y la mente a diferentes temperaturas.
En los próximos días, abandonaremos la carretera principal de la isla, para adentrarnos durante tres días por la pista F35 en dirección a Gulfoss. Ahora toca poner a punto nuestros vehículos y aprovisionarnos de comida suficiente para esta travesía que cruzar dos glaciares y un mar de lava negra.
En los próximos días, será tiempo de descubrir nuevos caminos…
Desde Varmahlid en dirección a Gulfoss
VIAJAMUNDEANDO
jul
20122
Filípides no era griego, Islandia
Y al final la lluvia…Como era de esperar, hemos comenzado a sentir el rudo clima de esta isla singular en forma de fuertes vientos y persistente lluvia que hace aún más enigmático nuestro recorrido por Islandia.
Cuando el cielo está completamente cerrado y te adentras por caminos en medio de grandes montañas llenas de vida y de glaciares perpetuos, uno tiene la sensación de adentrarse en el mundo del “Señor de los Anillos” o que emprendes el “Viaje al centro de la Tierra” de Julio Verne. Definitivamente, Islandia es un país único…
Hemos viajado en estos días por la carretera que rodea en sentido sur, el glaciar más grande y extenso de Europa, el Glaciar Vatnajokull. Desde que salimos del parque Nacional de Skatafell, en sentido a Hofn, hemos rodado unos 150 kms con las mejores vistas de este gigante de hielo.
Las lenguas glaciares rebosan su hielo puro para desembocar en el Océano Atlántico, que lo tenemos en todo momento a nuestra derecha.
Sabíamos que íbamos a tardar varios días en llegar a la próxima ciudad de Hofn, las increíbles vistas glaciares no nos iban a dejar avanzar y cualquier lugar para poner la tienda era de postal.
Y al final la luz…Tan sólo esperábamos que el cielo se abriera por unas horas para contemplar el reflejo del agua, el azul de los grandes monumentos de hielo y las montañas nevadas al fondo de Vatnajokull.
Llegamos a Jokusarlon, lugar donde se une el Atlántico con la laguna de icebergs. Las focas marinas jugueteaban con las fuertes corrientes y se dejaban ver alrededor de los bloques de hielo. Pusimos nuestra tienda de campaña en lo alto de una pequeña colina para obtener las mejores vistas de la laguna helada, pequeños trozos de hielo llegaban a nuestra orilla y los derretíamos para obtener agua con nuestra cocina de gas-oil, no podíamos beber agua más pura.
La temperatura era perfecta y el sol nos había regalado unas horas de luz nítida en aquel lugar privilegiado, estábamos solos en el mejor lugar del mundo y nos sentíamos felices…
Las horas pasaban con aquella luz mágica y sencillamente nos sentamos a disfrutar de aquella estampa natural después de la cena. Eran las 12 de la noche y el anaranajado sol no quería ir a dormir a otras latitudes…
Pero como toda cara tiene su cruz y contestando a algunos amigos que nos han escrito pidiendo que también contemos la parte menos agradable de nuestros viajes, ahí va la crónica del día siguiente.
La previsión del tiempo aconsejaba a los campistas, aventureros y demás personas de espíritu libre que buscaran un lugar donde resguardarse de las tormentas y fuertes rachas de viento que podían alcanzar los 70 kms/h. No nos quedaba otra opción que pedalear hasta Hofn, el pueblo más cercano que distaba a 90 kms de donde nos encontrábamos.
Si la tarde anterior disfrutábamos de un tiempo apaciblemente fresco, la mañana siguiente era completamente diferente. Nuestra tienda parecía que de un momento a otro iba a salir volando con nosotros dentro, la lluvia no tardaría en aparecer.
Recogimos el campamento como pudimos, sabíamos que nos esperaba un día duro pero estábamos con la moral por las nubes, nunca mejor dicho.
Los primeros kms fueron una lucha constante con el viento que venía de frente, apenas podíamos llegar a los 12 kms/h. Pronto entraría en escena, sobre el km 15, la otra protagonista, la lluvia que no nos abandonó hasta el final del día. Estábamos a merced del viento que nos zarandeaba a su antojo. Los coches pasaban a través de la espesa niebla y algunos se compadecían al vernos combatir en una lucha desigual con la climatología; otros bajaban la ventanilla tímidamente y nos hacía una foto con alguna cámara ultracompacta e impermeable, nosotros saludábamos con un esforzado OK, levantando el dedo pulgar de la mano.
Pasaban los kms y aún vino lo peor, una esperada racha de viento nos hizo perder el control de la bicicleta y nos tiró a la cuneta como insignificantes pusilánimes, golpe en codo y costilla que para tranquilidad de todos no alcanzó grandes problemas. Un coche se detuvo al presenciar nuestro vuelo y caída libre y se brindó para llevarnos a Hofn. En una muestra de orgullo y mucha sin razón, sacamos el Filípides que todos llevamos dentro; así que nos montamos nuevamente en las “todopoderosas” empapados hasta los huesos y tras comprobar que no teníamos lesiones, llegamos al atardecer a nuestro destino.
Definitivamente, Filípides no era griego…
Desde Hofn en dirección a Egilsstadir.
VIAJAMUNDEANDO
jul
20125
Entre dos glaciares, Islandia
A pesar de la fama de frío polar que tiene Islandia y las intermitentes lluvias, incluso en verano, estamos disfrutando de días soleados, sorteando la lluvia no sabemos por cuanto tiempo más.
Hemos dejado por unos días la carretera Ring Road que circunvala la isla, para visitar Posmork, una zona en el interior situada entre los glaciares Myrdaljokull y Eyjafjallajökull, desde donde comienzan numerosas rutas de trekking que te permiten obtener unas vistas panorámicas impresionantes.
La ruta más famosa de la zona, es al valle de Landmannalaugar a 50 kms de Posmork durante la cuál se pueden ver diferentes ecosistemas glaciares, volcánicos, desiertos…
Seguimos pedaleando por esta singular isla donde el agua de los deshielos de los glaciares forman espectaculares cataratas.
Mañana, y para seguir entre paisajes helados, nos acercamos al glaciar más grande de Europa, el Vatnajokull, con una superficie similar a dos Islas de Mallorca. Cruzaremos numerosos puentes construidos no hace mucho tiempo para salvar las decenas de ríos que descienden del corazón del glaciar.
Cuando escuchas estas historias de volcanes y erupciones, cuando el agua que sale de la ducha huele a azufre, uno piensa en Islandia como en una olla expres que en cualquier momento puede estallar.
Hoy acampamos en la pequeña localidad de Vik situada debajo del Glaciar Mýrdalsjökull, que a su vez está encima del activo Volcán Katla. Si algún día este volcán entrara en erupción se producirían grandes inundaciones que destruirían completamente la ciudad de Vik y sus alrededores. En Vik hemos podido contemplar el arco natural de roca formado por lava solidificada y las playas de arenas negras que se extienden a lo largo de la costa. Las columnas de basalto se levantaban orgullosas en el mar.
Está permitida la acampada libre en todo el territorio nacional, por lo que es un privilegio, elegir cada noche tu lugar de descanso cerca de algún elemento natural que te ayudan a conciliar el sueño…
Desde Vik en dirección al Parque Nacional Skaftafell.
VIAJAMUNDEANDO